Las Redes Sociales se han convertido en fuertes generadoras de ansiedad, angustia y de esclavitud, donde gran parte de sus usuarios viven presionados en complacer y recibir la aceptación de quienes les siguen, algunos llegan a niveles de realizar acciones que van en contra de su pudor y de sus valores, solo para buscar ganar los amados “likes”, es una búsqueda insaciable de aceptación que lleva a los usuarios a convertirse en esclavos de quienes les siguen, seguidores que cada día piden más morbo y acciones deplorables para convertirlas en virales.

Es cierto que las Redes Sociales son perfiles personales, donde cada quien decide que comparte, como lo comparte y cuando lo comparte, pero sin darnos cuenta muchas veces permitimos que las personas detrás de la pantalla tengan un nivel mayor de acceso a nuestra intimidad, que si lo lleváramos al aspecto presencial nos daría mucho temor, pero como nos sentimos protegidos por la capacidad de poder bloquear a quien nos pueda hacer sentir inseguros, nos exponemos más de lo recomendado.

Si existe algo que genera gran interacción e impacto en las Redes Sociales son las proyectadas “Parejas felices y perfectas”, relaciones que parecen sacadas de una telenovela, donde cada paso tiene cobertura, cada instante es compartido y las emociones vividas son plasmadas con tanto sentimiento, se convierten en esa pareja que todos admiran y comentan frases bonitas, donde una ausencia por días genera inquietud y dudas, llevando a que la pareja sienta un compromiso de mostrar lo felices que aún siguen siendo y que no hay nada fuera de lo normal.

Al sumergirse en ese mundo de vivir para plasmar la relación perfecta llena de amor, se convierte en una situación de incomodidad cuando llegan las crisis y las situaciones difíciles. Hay que sonreír para las cámaras sin sentirlo, hay que posar en un abrazo sin desearlo y hay que decir te amo cuando se siente todo lo contrario, todo se vuelve como una obra de arte donde los actores solo están concentrados en el público y comienzan a olvidar que son seres humanos que sienten, padecen, y que pueden tener inconvenientes como cualquier otra pareja, se convierten en esclavos del contenido que pueda generar los comentarios más lindos.

Cuando una relación se convierte en un entretenimiento para las Redes Sociales se termina sufriendo más en las crisis emocionales, pues ya no son dos, son cientos o miles en medio de una relación, comentando, opinando, preguntando, cuestionando ¿por qué ya no hay fotos como antes? ¿por qué se borraron las fotos que estaban? ¿por qué se volvieron a colocar nuevas? ¿por qué mensajes de despecho y dolor? ¿por qué una nueva persona? se convierte todo en una película de los sentimientos, donde al final de la obra solo les queda a los actores llorar detrás de cámaras y ser señalados como dos impostores.

El darle una cobertura a tu relación no es una demostración de amor, muchas veces solo se busca llenar un vacío que se tiene fuera de la pantalla, querer marcar un territorio de dudas e inseguridades, y aunque cada quien elige como expone su vida, también cada quien debe ser consciente de como cuida sus emociones y sus sentimientos, sabiendo hasta que punto deja pasar a cientos o miles de personas hacia su intimidad. Tratemos cada día de ser menos esclavos de las Redes Sociales, manejémosla nosotros, no dejemos que ellas no manejen a su antojo.

Si quieres mostrar lo feliz que eres con tu pareja, ¡adelante!, pero no te sumerjas en un escenario donde tengas que abrazar sin querer y donde tengas que venderle al mundo digital que todo está bien cuando es todo lo contrario, eso solo genera más daño y desgaste.

Audi Rodríguez

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