El turismo es uno de los sectores económicos de mayor crecimiento en todo el mundo, y la República Dominicana no se escapa al impacto positivo que genera el mismo, desde la inversión internacional y local, hasta la cantidad de empleos que se genera de manera directa e indirecta. Los grandes destinos del mundo han abogado por un turismo sostenible, que involucre a la comunidad local donde se desarrolla, sin que este afecte el medioambiente y la tranquilidad de sus habitantes, ya que existe el llamado turismo de masas, que es aquel que genera unos impactos negativos al destino y a los comunitarios, donde se arrastra un turismo de borrachera, droga y prostitución.

Las Terrenas, Samaná, es sin lugar a dudas uno de los destinos de sol y playa más maravillosos con los que cuenta la República Dominicana, por la combinación perfecta de hermosas y cristalinas playas, bordeadas por verdes montañas, con un hermoso pueblo de gente alegre y servicial, lo que cautiva a todo aquel que les visita. Las Terrenas ha vivido en los últimos años un crecimiento significativo en la cantidad de turistas locales que les visitan, de forma principal en feriados y fechas festivas, dirigido a un turismo de villas y cabañas, lo que ha motivado a ese público joven lleno de euforia a elegirlo como su destino favorito. Esto ha puesto en el escenario un tipo de turismo que podría amenazar el crecimiento del destino en el aspecto de un público de calidad, que sea más responsable del medioambiente y que posea un nivel adquisitivo importante.

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El turismo de masas, es en su naturaleza destructivo y poco rentable, generan en el destino un turismo centrado en la borrachera, las drogas y la prostitución, lo que al final termina atentando con todo a su paso y destruyendo las esperanzas de crecimiento de un destino. Cabarete debe ser el cristal en el que se miren todos los actores involucrados en el turismo de Las Terrenas y sus comunitarios, Cabarete fue por muchos años el destino por excelencia de esa juventud local desenfrenada, atraída por el alcohol, las drogas y la prostitución, lo que convirtió a este destino en un punto descartado por las familias y por aquellos que buscaban un lugar donde pasarla bien, bajo un ambiente de seguridad y protección. El desenfreno se apoderó de Cabarete y se convirtió en un destino baratero, sin calidad, donde muchos empresarios se vieron forzados a cerrar, la inversión se estancó y el pueblo se degeneró.

La sostenibilidad de un destino es lo único que puede garantizar su crecimiento continuo. El turismo de borrachera, droga y prostitución, es un tipo de turismo que solo genera pérdidas y destrucción, es un turismo barato, que aleja a quienes están dispuestos a pagar por calidad, quita la tranquilidad a sus habitantes y se convierte en una situación incontrolable para los gestores del mismo. Existen muchos modelos en el mundo para evitar caer en ese cáncer que lo destruye todo a su paso, nosotros no debemos salir lejos para tener un ejemplo palpable. Cabarete es un destino que no perduró en el tiempo, por ese tipo de turismo que entró al destino como un huracán, en su momento pensaron que era algo que les garantizaría un crecimiento económico significativo y lo único que generó fue destrucción, la salida de inversionistas y una carencia de productos turísticos de calidad, donde la oferta hotelera es escasa, el pueblo está secuestrado por el alcohol, la droga y la prostitución, dejando en la actualidad solo las historias de las grandes fiestas que terminaban en suciedad y degeneración del destino.

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El éxito de los destinos Punta Cana y Jarabacoa, ha sido que han apostado por un turismo de calidad, donde los eventos masivos tienen presencia, pero bajo un estricto control y regulación, evitando la proliferación de elementos que destruyan el ambiente familiar y de tranquilidad del entorno, captando así un turista local e internacional, que es más amigable con el medioambiente, busca tranquilidad y diversión controlada, donde no sientan que sus vidas y la de los suyos se ve expuesta.

Lo ocurrido en esta pasada Semana Santa en Las Terrenas envía un mensaje de alerta a las autoridades, empresarios y comunitarios de este destino. Está en sus manos decidir qué tipo de turismo desean para su localidad, si un turismo de calidad o el turismo de borrachera, droga y prostitución, que acaba con todo como un huracán categoría 5, en uno tienen la opción de generar mejor ambiente para la inversión local y extranjera, la captación de un turista local e internacional con mayor poder adquisitivo y de consumo, y en otro tienen la opción de dejar que acaben con todo a su paso, hasta que se vaya la moda del destino y después nadie quiera visitarlo.

El turismo sostenible genera bienestar al turista y a la comunidad, apuesten por ese turismo.

Audi Rodriguez

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