La forma en que veíamos el mundo hace 10 años ha revolucionado de forma total en comparación con los tiempos que estamos viviendo hoy, las Redes Sociales han sido un fenómeno que marcarán un antes y un después en la humanidad, han sido las herramientas más revolucionarias en la forma de mantener al mundo conectado y en interacción, sin segmentar ricos de pobres, países desarrollados de aquellos en vía de desarrollo y ciudadanos de los más bajos estratos sociales frente aquellos que se encuentran en los niveles más altos.
Antes de la revolución de las Redes Sociales una persona pobre y marginal, tenía en su cabeza la imagen de la riqueza, por lo que pudiera transmitirle la televisión y lo que pudiera en algún momento vivir en la sociedad, pero no tenía acceso al día a día de aquellos que más tienen, sus lujos, su vida plasmada como casi perfecta y un sin número de privilegios que se puede llegar a tener en dicho nivel económico. Las Redes Sociales han venido a mostrarle ese mundo contado desde sus protagonistas, con fotos instantáneas, llenas de abundancia y privilegios, vistas sin barreras ni distinciones en un mismo escenario donde todos interactúan desde Ricos hasta Pobres.
El resentimiento social es algo que crece de forma negativa en el comportamiento de aquellos que culpan al mundo de la vida que ellos entienden que debieron tener, contra aquella que les ha tocado vivir, quién no posee una desarrollada inteligencia emocional y el entendimiento para valorar lo poco o mucho que tiene en la vida, va cultivando ante este bombardeo de las Redes Sociales un odio mezclado con resentimiento y egoísmo, que lo llega a convertir en un ciudadano peligroso, capaz de hacer todo por competir a este nivel.
Una vida de lujos, vacaciones, buenos vehículos, regalos costosos, fiestas y muchos placeres más, es el bombardeo constante que reciben todos los usuarios de las Redes Sociales, tanto por usuarios comunes como por Celebridades, Artistas, Políticos, Deportistas…lo que genera un abanico de información donde aquellos que no poseen una capacidad de aspiración antes que la de envidia y malos deseos, llega a generar un monstruo social, es ahí donde podemos encontrar el nacimiento de personas tratando de hacer todo para conseguir dinero cueste lo que cueste, para poder ser competitivos en estos círculos.
Delincuencia, narcotráfico, prostitución y negocios ilícitos son las áreas más comunes donde vemos a jóvenes aún de hogares con formación y educación, incursionando para poder alcanzar lo que ellos entienden que les permitirá mantener un estatus para no quedar detrás de aquellos que muestran tenerlo todo, trayendo consigo una bomba de tiempo que sólo termina dañándoles así mismos y a toda una sociedad.
La era Fitness. Si analizamos en que momento llega esa etapa a la humanidad en la que comienza a ser más importante el lucir bien, aumentando las cirugías estéticas, los gimnasios, los productos dietéticos, sin lugar a dudas le encontraremos una relación con las Redes Sociales, ya que estas han venido a plasmar en fotografías de manera continúa el diario vivir de la sociedad. Antes las fotos se quedaban en una gaveta, ahora recorren el mundo en tiempo real. Uno de los fenómenos más frecuentes son las mujeres compitiendo para exhibir sus mejores cuerpos.
Quienes no poseen la fortaleza mental y espiritual para enfrentar esta guerra del que pueda lucir más poderoso en las Redes Sociales, generando personas amargadas, pero felices para las fotos y para el mundo, quebrados económicamente, pero mostrando abundancia…simplemente se irán auto-destruyendo y con ellos destruyendo la humanidad, pues harán hasta lo más bajo para poder lucir esa vida que pueda competir con las vidas perfectas que se han dejado vender por las Redes Sociales, muchas personas terminan cayendo en una depresión que culmina atentando contra su vida.
Aprendamos a ver las Redes Sociales como una película donde cada quién muestra su mejor escena, pero donde todos están llenos de problemas como todo ser humano común. No quieras competir en vida real con lo que te vende el mundo virtual, podrías terminar pagando el precio con tu vida.
Audi Rodríguez