Foto: blogs.elpais.com
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En un rincón del mundo había un pueblo como muchos, olvidado y rodeado de una pobreza extrema, llamado Pueblo Escondido, donde no existía una esperanza más que vivir el día a día. Un joven llamado José había salido del pueblo en busca de un sueño, terminar sus estudios y  trabajar para sacar a su familia de la pobreza en la que vivían. Durante sus primeros años en la ciudad fue muy difícil, no había trabajo y todo se le complicaba cada día más, casi perdía las esperanzas y debía volver a casa con las manos vacías.

Para una víspera de navidad José tenía varios meses de atraso con la renta de la habitación donde vivía, no le quedaban ahorros y estaba condenado a tener que regresar a su pueblo. La noche antes partir fue a la Iglesia como era costumbre a dar gracias a Dios, se  arrodilló y le pidió que le guiara en el camino de regreso a casa y que se hiciera su voluntad. Al salir de la iglesia cabizbajo logró ver algo en el suelo, al levantarlo ve que es un ticket de lotería, al ver la fecha pertenecía al sorteo de ese día, lo tomó y entró en sus bolsillos. Al amanecer fue a despedirse de la encargada de la habitación, la señora en ese momento estaba viendo los resultados de la lotería y quejándose de su mala suerte ya que era una mujer amante a los juegos, José recordó que tenía en sus bolsillos un ticket y decidió consultarlo, ¡vaya sorpresa! el ticket había sido el ganador del premio mayor, las lágrimas salían sin control de sus ojos mientras saltaba de alegría.

Entre el llanto por la felicidad de lo afortunado que se sentía José recordó que por primera vez en su vida tendría dinero para celebrar una cena de navidad junto a su familia y llevar juguete a sus hermanitos, pensó en todas las personas del pueblo que al igual que él nunca habían celebrado una navidad y que no tenían la mínima esperanza de que este año fuera diferente. José recogió sus pertenencias, pagó los meses de atraso de la renta y regaló un poco de dinero a la señora por la generosidad de permitirle quedarse sin haber pagado.

Era 24 de diciembre un día más en el pueblo, todos estaban en sus rutinas diarias, cuando de repente se ven unos camiones entrar por los estrechos caminos del pueblo, los niños corrían hacia ellos y uno vociferó de alegría – ¡Es José, Es José! ¡Volvió José! La madre de José corrió para abrazar a su hijo. José había llegado al pueblo con juguetes, ropa, comida y regalos para todos, por primera vez tendrían una fiesta de navidad. Cenaron juntos y repartieron los regalos entre música y baile. En el pueblo solo se vivía un ambiente de felicidad y alegría, una sonrisa en el rostro de todos así lo reflejaba.

Mientras exista la navidad en el corazón de todos que no muera la esperanza.

¡Feliz Navidad!

Audi Rodríguez

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