Foto: delazonaoriental.net
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El mundo cada vez posee menos barreras de comunicación, el internet se ha encargado de conectar con la misma información a países desarrollados y aquellos que aún están en vía del desarrollo. Lo que nos muestra un gran desequilibrio entre aquello que ven nuestros niños y jóvenes comparado con la orientación que reciben respecto a estos temas.

Ya es hora de parar los mitos absurdos y la forma tan antigua de manejar el tema sexual con los niños y jóvenes, tratándoles estos temas como si fueran pecados innombrables, hablando de la procreación como un cigüeña que los trae del más allá, provocando un contraste con lo que les ofrece el internet y con la negligente orientación que reciben en sus escuelas, colegios y en el hogar, lo que viene a golpear duramente cuando les toca chocar con sus realidades.

Por años hemos vivido presionados por la Iglesia Católica quién se opone a que en las escuela se imparta la materia de Educación Sexual de manera principal en jóvenes, careciendo estos de esos conocimientos tanto en sus centros de estudio como en sus hogares, ya que sus padres tampoco fueron educados sobre el tema y no poseen ni la mínima vía de como introducir este tema entre sus hijos.

Embarazos a temprana edad, futuros tronchados por desconocimiento y orientación, con una falta de mensajes que sirvan de guía para una mejor planificación. Niñas y niños violados por sus familiares y personas cercanas, por no tener la fortaleza de conocimiento de poder comunicar a sus padres que está pasando con sus órganos sexuales y decir que alguien los ha estado tocando.

Sí queremos crecer como país, si soñamos con el desarrollo, es momento de tomar el tema de la sexualidad como un programa de educación en los centros educativos y como una política de estado que promueva la orientación sexual a todos los niveles. Una mejor orientación lleva de la mano una guía adecuada para la planificación y el control desproporcionado de la población, donde niños están criando niños y seguiremos la cadena de desorden social.

Si no educamos a nuestros niños y jóvenes respecto al sexo, el internet ya se está encargando de hacerlo y pueden estar seguros que es de la forma menos adecuada.

Audi Rodriguez

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