Pareciera una carrera donde no se permite tomar un descanso a la orilla del camino y socialmente comienzan los dedos a señalar como sí estuvieras cometiendo el más cruel de los pecados, quedarte en la soltería cuando tus amigos y amigas comienzan a formar un hogar.
Durante la etapa del colegio pareciera que el camino era muy largo por recorrer hacia la meta de formar un hogar, nos veíamos envueltos en el único objetivo de llegar a la universidad, luego de haber alcanzado y culminado esa etapa donde ya comenzábamos a sentir la independencia y las responsabilidades de una forma más directa, sin lugar a dudas ya éramos considerados adultos. Hasta ese momento no había ningún problema en seguir el camino junto a nuestros amigos, compartíamos los mismos intereses y el simple deseo de disfrutar nuestros días de juventud.
Terminar una carrera y establecerse laboralmente es el momento donde tus amigos, aquellos que salían de parranda contigo, amanecían en destinos inciertos sin necesidad de dar explicaciones a terceros, comienzan a enfilar sus destinos, empiezan a formar un proyecto de hogar del cual tu eres parte, para consejos, opiniones y uno que otro compartir. Las invitaciones a bodas ya son más frecuentes, a diferencia de años atrás ya no son las bodas de tíos, tías o amigos de tus padres, tus amigos empiezan a casarse, rompes el récord personal de padrino o dama de bodas, las fotos constantes en las redes llegan a confundir a quienes te conocen y dicen ¿Y ya se casó ?
Este es el momento donde aquello en lo que nunca pensaste comienza a ser parte de un análisis, la posibilidad de visualizar formar un hogar, ya comienzas a ver como tu entorno avanza a un compás donde aquella pareja de momentos ya no cumple ningún rol, necesitas estabilidad hasta para visitar a unos de tus amigos casados que te invita a comer en su casa, las prioridades cambian, tus amigos ya tienen otras responsabilidades y el tiempo es limitado, pero ¿Por qué apresurarse?
Sí una elección por desesperación o presión puede ser un fracaso, aplicar esa fórmula a formar un hogar por el señalamiento social sería una catástrofe en tu vida. Muchas personas deciden casarse por la moda o desesperación de ver a sus amigos hacerlo, otros por presión familiar y al final terminan arrepintiéndose toda la vida. Elegir con quién formar un hogar no es igual que decidir que vas a estudiar, donde puedes cambiarte cuando lo desees, una compañera o compañero de hogar es algo más serio y necesita ser una situación que fluya, no una programación mecánica.
Disfruta de la boda de tus amigos, no dejes de vivir tu vida, bebe, baila y goza en sus fiestas, todo lo que es bueno fluye y las situaciones se darán para el momento indicado en el que te toque formar el hogar que mereces para ti. No salgas a elegir con quien casarte, deja que el compartir con alguien haga nacer en ti el deseo de vivir cada uno de tus días con esa persona.
Audi Rodríguez
Totalmente identificada!