Foto: movistarnext.com
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Efetur / Articulo: 20minutos.es

  • Personalización e inteligencia artificial cambiarán cómo “compramos turismo”.
  • Un agente electrónico conocerá nuestras preferencias y nos acompañará a todas partes alojado en nuestro reloj o joya diminuta.
  • Desti es una aplicación que aprende de las conversaciones que tiene el viajero.
  • En el futuro se podrá conocer virtualmente el destino elegido antes de visitarlo.

Internet y el auge de las tecnologías digitales han revolucionado el modo en que viajamos y hacemos turismo. Desde cómo planeamos a cómo reservamos, pasando por cómo disfrutamos de las vacaciones. Numerosas aplicaciones nos ayudan a comparar precios y comprar nuestras vacaciones a golpe de “clic” . Pero la tecnología aún tiene reservadas muchas facilidades para el viajero de este milenio.

Según un estudio sobre el futuro de los viajes en 2024 realizado por el comparador Skyscanner, el avance aún está “en pañales”, pues quedan muchas mejoras de las que disfrutar gracias a la personalización de contenidos o a la inteligencia artificial, que convertirán la “compra de turismo” en una experiencia intuitiva y sencilla.

En primer lugar, en 2024 ya no tendremos que preocuparnos de estar horas y horas comparando vuelos, hoteles y viajes: gracias a la inteligencia artificial contaremos con un agente electrónico (e-agent) que conocerá nuestras preferencias y nos acompañará a todas partes alojado en nuestro reloj o joya diminuta. Según vaticina el analista Daniel Burrus, podrá tener “la cara, la voz y la personalidad de nuestro actor favorito y aparecer en forma de holograma en 3D o dentro de un entorno virtual sólo con dar una orden verbal”.

El responsable de tecnología de Skyscanner, Alistair Hann, descubre las potencialidades de este agente del futuro que podrá traducir simultáneamente lo que te dice un taxista chino o el menú en ruso de un restaurante en cuestión de segundos.

Pero no, no es magia. Estas tecnologías ya se están desarrollando y existen proyectos como Desti, una aplicación de conversación para viajes que aprende de las interacciones con el usuario, o Sami, que controla el estilo de vida del usuario en materia de salud.

Foto: zerintia.com
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Probar y mirar, antes de comprar

En el futuro se podrá conocer virtualmente el destino elegido antes de visitarlo, una situación que reducirá la capacidad de sorpresa para el viajero, lo que puede ser tanto positivo como negativo. Se podrá dar un paseo por la playa elegida, disfrutar de las vistas e incluso observar el funcionamiento de un hotel.

De esta manera, la realidad virtual será una de las grandes aliadas del viajero, así como la tecnología háptica, basada en la retroalimentación táctil, que permitirá convertir los sonidos en texturas, sentir el calor del sol o apreciar la comodidad de un asiento de avión.

Como muestra de las posibilidades de estos desarrollo, desde las Google Glass, que ya están comenzando su expansión, hasta otros dispositivos de tecnología “ponible” que se insertarán en las pupilas o proporcionarán traducción en tiempo real, rompiendo “todas las barreras del lenguaje”.

Puede dar un poco de “respeto”, pero en 2024 existirán programas que analizarán nuestras reacciones para predecir nuestras necesidades, incluidos los viajes. Será la búsqueda semántica intuitiva la que dará otra vuelta de tuerca a las compañías de viaje, con las redes sociales como aliadas gracias a la cantidad de datos que compartimos.

Según el estudio, la planificación de viajes en el año 2024 se hará en un periodo mucho más corto: en menos de una hora los turistas podrán estudiar diversas opciones y reservar de forma intuitiva, a través de webs semánticas capaces de aprender lo que le gusta y lo que no a un cliente a partir de sus acciones previas en Internet.

Parece ciencia ficción, pero ya hay una empresa tecnológica que está creando una algoritmo de codificación facial que permitirá a los motores de búsqueda leer expresiones humanas y juzgar en consecuencia si los resultados han satisfecho, o no, al viajero.

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