Llega la Semana Santa, una fecha muy significativa en todo el mundo, por su significado religioso y espiritual, pero además por ser uno de los períodos del año donde mayor número de personas se desplazan de su lugar de residencia a otro destino, por coincidir con un espacio corto de vacaciones de los trabajos y de los centros de estudios. Por años muchos han tomado estas fechas para visitar a sus familiares, otros para hacer algún tipo de peregrinaje o simplemente utilizar este tiempo para disfrutarlo entre amigos, hospedándose en alojamientos turísticos o disfrutando de balnearios.
Por primera vez en cientos de años el mundo se ve obligado a permanecer estático en una fecha tan significativa, restringidos de visitar Iglesias, atractivos turísticos u otros destinos. El coronavirus ha ido cambiando todo a su paso, haciendo cambios significativos en la forma en la que las personas se desplazan de forma natural y como interactúan entre ellos en la sociedad, quedarse en casa nunca había sido algo que representara tanta seguridad, en estos tiempos es así, ya que la forma de contrarrestar este virus es manteniendo ese distanciamiento social, para evitar el contagio y la propagación del mismo.
El Turismo va más allá de una Semana Santa o de unos días feriados, el Turismo es una actividad básica y natural del ser humano, todos hacemos Turismo sin darnos cuenta que lo estamos haciendo, basta con pernoctar fuera de nuestro lugar de residencia por un periodo mayor de 24 horas y menor a 6 meses, de forma automática nos convertimos en turistas, ya sea dentro o fuera de nuestro país. Hacer turismo va más allá de ir a la playa u hospedarse en un alojamiento turístico, es una actividad económica fundamental para los seres humanos, generada por la necesidad básica de desplazamiento de las personas por diferentes fines, que puede ser de tipo religioso, negocio, salud, entretenimiento, deportivo, entre muchas otras formas.
Viendo la óptica de porque el Turismo no hay forma de que muera mientras exista la humanidad, nos damos cuenta que la actividad turística no ha muerto, sólo está en una pausa, una pausa que significa un respiro a una industria que trabaja de forma constante los 365 días del año, con playas que reciben personas diarias, ríos que siempre tienen en sus aguas a personas generando cierto impacto en su naturaleza, montañas que se ven golpeadas por el recorrido constante de las personas, lugares y atractivos turísticos que llegan a saturarse por el flujo diario de turistas. Es una pausa que sirve de respiro para que muchos recursos naturales vuelvan a su cauce y sientan la liberación de la mano del hombre.
Pese al impacto negativo que ha causado el coronavirus al mundo, existe un gran beneficiado en todo esto, y es el medioambiente, donde muchos caudales de agua han vuelto a verse cristalinas, la vida animal ha regresado a lugares que habían abandonado, la vida marítima está de fiesta, la contaminación del aire se ha reducido de forma significativa en todo el mundo, sin lugar a dudas el mundo está en un proceso de descanso necesario, lo que nos permitirá volver a disfrutar de muchas maravillas naturales, antes de que la humanidad siguiera su paso destructor al medioambiente.
Volveremos pronto a cruzar las fronteras, volveremos pronto a encontrarnos en otros destinos, porque el Turismo no ha muerto, sólo estamos en pausa.
Audi Rodriguez