Foto: www.tooc.ca
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Entre las necesidades naturales del ser humano se encuentra el ser reconocido, como seres sociables buscamos escalar y ser acogidos en los diversos grupos de la sociedad. Existen diversas formas en la que socialmente se puede tener relevancia, la parte profesional es fundamental, ya que representa una estructura de intereses donde las personas que ocupan grandes cargos y posiciones, tienen bajo su control grandes influencias que benefician a círculos en específico.

Sí difícil es alcanzar la cima, más traumático es caer al suelo después de haber disfrutado de las alturas. En la sociedad es frecuente encontrarnos con estos casos, personas que situaciones de la vida los han llevado a perder esa vida perfecta, con más frecuencia lo vemos en aquellas que gozaban de los considerados mejores puestos laborales en empresas, con beneficios exorbitantes y reconocimiento social por las implicaciones del cargo, buen salario, presencia corporativa, beneficios colaterales y muchas cosas más.

Las personas con el perfil profesional ejecutivo suelen contar a su alrededor con muchos sectores y grupos sociales que constantemente les siguen, les reconocen y buscan a su alrededor los beneficios que estos de manera directa o indirecta generan, son centro de atracción en sus ambientes laborales y gozan de grandes privilegios sociales, privilegios que de un día al otro se pueden venir abajo.

Como todo en la vida, lo que un día empieza le llega su final y cuando no eres el dueño de la empresa o la institución, el ciclo de vida es aún más corto, pero muchas personas suelen olvidarlo, llegan a creer que sus puestos laborales serán eternos, que esos beneficios que reciben siempre estarán ahí y sobre todo, que cuando esos beneficios un día puedan desaparecer, ese círculo social que les aplaude y endiosa les seguirán siendo fieles.

Acabada el agua, los animales parten por otros senderos, esa es la naturaleza de la vida en la que muchas personas que en algún momento ocuparon altos cargos ejecutivos tuvieron que chocar con su cruda realidad, quedar desempleados sin nada en las manos que pudiera seguir sosteniéndoles, con una relevancia social en el suelo y con pocas opciones para volver a construir lo que un día fueron, grandes ejecutivos y ejecutivas de corporaciones que simplemente un día les dieron las gracias por sus años de empeño y esfuerzo.

Cuando llegas a ocupar grandes puestos laborales durante tu vida y aún más en el período final de tu edad productiva, siempre debes tener pendiente que esa estructura que te sostiene no es tuya, en cualquier momento todo te lo pueden quitar de las manos y lo que veías como un castillo propio, termina chocando con la realidad que era un hogar de paso, un hogar de paso al que te acomodaste tanto y olvidaste construir el propio, luego solo quedan los recuerdos de ese gran ejecutivo o ejecutiva que un día fue influyente y hoy solo es una persona en busca de oportunidad laboral.

Los empleos son estructuras de paso para ir construyendo la propia…por bueno que sea tu empleo, no te vuelvas dependiente de el, en cualquier momento te llaman para darte las gracias y te darás cuenta como todo lo construido queda atrás, ya que fabricaste en cimientos que no eran tuyos.

Audi Rodriguez

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